El tamaño de una partición de intercambio depende de varios factores, incluidos los requisitos específicos del sistema, la cantidad de RAM física instalada y la carga de trabajo esperada.
Aquí hay algunas pautas generales:
Regla tradicional:
El doble de la cantidad de RAM: En el pasado, se recomendaba comúnmente tener una partición de intercambio que fuera el doble del tamaño de tu RAM física. Esta pauta era más relevante cuando los tamaños de RAM eran mucho más pequeños. Sin embargo, con los sistemas modernos que tienen mayores cantidades de RAM (por ejemplo, 16 GB, 32 GB o más), esta regla a menudo se considera excesiva.
RAM menor a 2 GB:
Igual o ligeramente mayor que la RAM: Si tu sistema tiene menos de 2 GB de RAM, tener una partición de intercambio aproximadamente igual al tamaño de la RAM sigue siendo una pauta razonable. Por ejemplo, si tienes 1 GB de RAM, una partición de intercambio de 1 GB puede ser suficiente.
RAM de 2 GB a 8 GB:
De 1.5x a 2x el tamaño de la RAM: Si tu sistema tiene entre 2 GB y 8 GB de RAM, tener una partición de intercambio de 1.5 a 2 veces el tamaño de tu RAM puede proporcionar un buen equilibrio entre el rendimiento y el uso del espacio en disco.
RAM de 8 GB a 32 GB:
Igual al tamaño de la RAM: Para sistemas con 8 GB a 32 GB de RAM, tener una partición de intercambio igual al tamaño de la RAM suele ser suficiente para la mayoría de las cargas de trabajo. En muchos casos, el sistema puede no utilizar mucho el espacio de intercambio, si es que lo usa.
RAM de 32 GB o más:
Igual o menor que la RAM: Para sistemas con una gran cantidad de RAM (32 GB o más), tener una partición de intercambio igual o incluso ligeramente menor que el tamaño de la RAM puede ser suficiente. En muchos casos, el espacio de intercambio puede no ser utilizado de manera intensiva.
Carga de trabajo especializada:
Para cargas de trabajo especializadas, como ciertos tipos de computación científica o grandes operaciones con bases de datos, puede que necesites asignar más espacio de intercambio según los requisitos específicos.
Recuerda que con los sistemas modernos y una cantidad amplia de RAM, la necesidad de espacio de intercambio ha disminuido para muchos casos de uso comunes. Además, si estás trabajando en un entorno virtualizado (por ejemplo, servidores en la nube), la forma en que se maneja el intercambio puede ser diferente.
En última instancia, es una buena práctica monitorear el uso de recursos de tu sistema y ajustar la partición de intercambio en consecuencia. Si no estás seguro, errar en el lado de la precaución al asignar un poco más de espacio puede ayudar a prevenir problemas relacionados con situaciones de baja memoria.